El 23 de septiembre de 1947, en un acto público, el presidente Perón promulga la ley de Voto Femenino, sancionada el 7 del mismo mes, que acuerda derechos políticos para la mujer: En la oportunidad, sostiene: “Resabios de incultura y de incivilización, propios de pueblos primitivos, viven en la mente de algunos hombres para quienes la cultura no ha representado sino un beneficio material. Son esos resabios los que han permitido llegar hasta 1947 con la mujer relegada a un lugar secundario en la vida de este pueblo, cuando ella debe ser la formadora de la nacionalidad, ya que es la primera maestra del niño desde su cuna misma. Es allí, en la misma cuna, donde comienza a enseñarle al hombre que debe ser honrado, virtuoso y patriota”.