El 25 de octubre de 1953, el general Perón es objeto de un gran agasajo en su ciudad natal, Lobos, donde inaugura el Museo y la Biblioteca que llevan su nombre. Desde el balcón de la Municipalidad, dice: “Vuelvo como volvemos todos en algún día a la tierra natal (…) sin que los años pasados hayan llevado a nuestro corazón nada nuevo que no sea ese sentido telúrico de amor a la patria chica que nunca olvidamos ni desconocemos (…). Jamás he dejado de pensar que el único destino con que los hombres aman a su tierra es haciendo todos los días algo por engrandecerla y dignificarla”.