El 28 de junio de 1966, un grupo de militares derrocó el gobierno del Dr. Arturo Illia e instaló una nueva Dictadura en la Argentina a la que, esta vez, pusieron el nombre de Revolución Argentina.
Las universidades se regían por los principios de la reforma que establecía la autonomía y era regida por un gobierno tripartito integrado por docentes, estudiantes y graduados de la Universidad.
El gobierno del general Juan Carlos Onganía, presidente de facto, emitió una ley suprimiendo la autonomía universitaria y disolvió los Consejos Superiores y Directivos, al mismo tiempo, intimó al Rector y a los Decanos a aceptar la medida en 48 horas.
El 29 de julio, reunido el Consejo Directivo de la Universidad, se decidió no aceptar la medida
A las 22 horas de ese mismo día, llegó la policía anunciando que había que desalojar la Facultad en la que había cerca de 300 personas entre autoridades, profesores, estudiantes y personal no docente.
Las fuerzas policiales entraron tirando gases lacrimógenos, los pusieron a todos contra la pared con los brazos en alto pegándoles con sus bastones (lo que le dio nombre a esa noche) y los fueron agarrando uno por uno empujándolos a la salida del edificio en donde había una fila de soldados de cada lado que, al pasar, les pegaban con los palos y con las culatas de los rifles, en la cabeza y en el cuerpo. A todos se les dio el mismo tratamiento y fueron apaleados el Rector, los Decanos, los profesores y estudiantes por igual manera.
Los subieron a camiones que los llevaron a distintas comisarías y después de cuatro horas, soltaron a los docentes, no así a los estudiantes que siguieron detenidos.
La consecuencia de esta Noche de los Bastones Largos fue la renuncia de 700 profesores de los cuales 215 eran científicos investigadores; 301 partieron al exterior: 166 a universidades latinoamericanas, 94 a Estados Unidos y Canadá , 41 a Europa.
Esta verdadera fuga de cerebros produjo una real decadencia universitaria e implantó la censura en el conocimiento.
Comisión Nacional
Permanente de Homenaje
al Teniente General
Juan D. Perón