3 DE OCTUBRE DE 1955: EL DESTIERRO

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Los representantes de intereses económicos afectados por la distribución igualitaria de la riqueza no se detuvieron. El 16 de junio de 1955, al mediodía, aviones militares bombardearon la Plaza de Mayo, asesinando a 300 personas y dejando más de 1.000 heridos. Ya el gobierno está herido de muerte.
El 16 de septiembre la Escuadra de Mar, bajo el mando del almirante Rojas, lanza el ultimatum: exigen la renuncia de Perón bajo amenazas de bombardear la destilería de petróleo de La Plata y la ciudad de Buenos Aires. Ante la posibilidad de pérdida de vidas inocentes, Perón presenta la renuncia y el día 20 se embarca en la cañonera Paraguay rumbo al país hermano. Entre la sangre y el tiempo, elige el tiempo.
La Junta acepta la renuncia del presidente constitucional y éste debe alejarse del país.
El embajador de la República de Paraguay va al Ministerio de Ejército en compañía del agregado militar paraguayo, Demetrio Cardozo, para comunicar el asilo político y solicitar garantías ya que no descartan un atentado. La Junta ordena a Prefectura montar una guardia en el puerto mientras avanzan las gestiones para un salvoconducto
El 24 de septiembre el gobierno provisional de facto emite un comunicado: “en forma terminante, el gobierno provisional ofrece toda clase de garantías al ex presidente de la Nación, general Perón, embarcado en una nave militar perteneciente a un país amigo y en donde ha buscado asilo voluntario”.
El nuevo canciller del Golpe de Estado, Mario Amadeo, pone a disposición de Cardozo un avión para que se traslade a su país y consulte al Presidente.
El presidente de Paraguay, envía un hidroavión para que Perón sea llevado a destino.
Desde la Cañonera se desprende un chinchorro en el que van: Juan D. Perón, el canciller Mario Amadeo, el embajador del Paraguay Chávez, el general Cardozo, el mayor Cialceta y el capitán de navío Barbita.
El General Perón llega a Asunción del Paraguay el 3 de octubre en un exilio que se extenderá a casi 17 años.
Hace declaraciones en conferencia de prensa y como consecuencia, el gobierno argentino reclama y sugiere a las autoridades paraguayas “el alejamiento del general Perón a cualquier país extracontinental”.
El 17 de octubre es trasladado a Villarrica a 160 kilómetros de Asunción
Mientras tanto, en Buenos Aires, un Tribunal militar (5 generales) emitía un dictámen atribuyéndole a Perón delitos como: ataques a la religión católica, incitación a la violencia, quema de la bandera y estupro. Recomendaban que se lo degradara y se le prohibiera el uso de uniforme por traición al honor de las FFAA. Lonardi firma un decreto ratificando estas consideraciones.
El 3 de octubre de 1955 fue el día que dió comienzo a su largo destierro.

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