El 30 de noviembre de 1955 el nuevo presidente de facto que había sucedido a Lonardi, Pedro Eugenio Aramburu, decidió tomar medidas drásticas para intentar de terminar con el Peronismo. Así fue que ordenó la disolución del Partido Peronista a través del Decreto 3855/56
A este le siguió el Decreto 4161 que prohibía nombrar a Perón y a Evita, usar el escudo peronista, tener fotos o retratos ,cantar la Marcha Peronista y muchas restricciones más “por considerar que en su existencia política, el Partido Peronista, actuando como instrumento del régimen depuesto, se valió de una intensa propaganda destinada a engañar la conciencia ciudadana, por lo cual creó imágenes, símbolos, signos expresiones significativas, doctrina artículos y obras artísticas; que dichos objetos que tuvieron por fin la difusión de una doctrina y una difusión política que ofende el sentimiento democrático del pueblo argentino (…).