“Carrillo era un hombre maravilloso, de inteligencia grande, genial en todo. Era morocho y siempre estaba de buen humor”. Juan D. Perón
El 23 de mayo de 1946 fue creada la Secretaría de Salud Pública de la Nación con rango de Ministerio. Días después fue puesto al frente de la Secretaría el doctor Ramón Carrillo que después de la reforma constitucional del 49 sería el primer ministro de Salud Pública y Asistencia Social. Era neurólogo y nacido en Santiago del Estero.
Para Carrillo la Medicina debía reconocerse en tres áreas: la medicina asistencial, que él llamaba pasiva porque trataba de resolver los problemas cuando ya estaban planteados; la medicina sanitaria, defensiva y de protección; y la social, que llamaba activa, porque era la preventiva.
Carrillo, sobre estas bases, condujo un equipo para elaborar el “Plan Analítico de Salud Pública”, un trabajo de 4.000 páginas para implementar su programa: en cinco años duplicó el número de camas en los hospitales, estableció Delegaciones Regionales de Salud Pública en las provincias, terminó con el paludismo en el país, en el primer año de gobierno creó 50 centros de protección materno infantil, bajó a un tercio la muerte por tuberculosis, terminó con el tifus y la brucelosis, hizo una fuerte campaña contra la lepra, puso en ejecución en el Ministerio una lista de especialidades medicinales que eran vendidas a precios populares y puso en marcha los proyectos de socialización de la medicina y semisocialización de la farmacia.
Dijo Carrillo: “Los problemas de la medicina no podrán ser nunca resueltos si la política sanitaria no está respaldada por una política social”. “La política de salarios y de vivienda que desarrolló el general Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión ha hecho más por la salud de la población necesitada que todo lo que pudimos haber hecho los médicos en muchos años.”
Ramón Carrillo murió el 20 de diciembre de 1956 en Belén do Pará, Brasil, en donde colaboraba como un humilde médico en el hospital de la zona ya que se había exiliado como producto del miserable golpe militar de septiembre de 1955. Tenía 50 años y su obra como creador de la medicina preventiva en la Argentina será recordada por siempre.
Recordamos a este gran hombre, verdadero constructor de la salud pública en la República. Ejemplo para muchos y un verdadero orgullo de los argentinos. Pudimos, luego de mucho tiempo, repatriar sus restos que descansan en la tierra que lo vio nacer. Para él, al cumplirse un nuevo aniversario de su fallecimiento, con toda la voz en cuello, gritamos: ¡Viva siempre en el corazón de los argentinos la figura y la memoria del Dr. Ramón Carrillo!