El 19 de abril de 1974, el teniente general Juan Domingo Perón, siendo ya Presidente de la Nación en su tercer mandato, inauguró los cursos de Doctrina Justicialista en el Teatro San Martín de la Ciudad de Buenos
Aires, diciendo: “Las revoluciones, cuando son trascendentes, difícilmente son obra de una generación, sino que lo son de varias de ellas. La tarea de adoctrinamiento es dar continuidad y permanencia a la idea revolucionaria, como así también a la ejecución de todas las medidas que dieron nacimiento a un movimiento revolucionario. Por lo general, los movimientos revolucionarios cumplen cuatro etapas: la primera es la del adoctrinamiento, la segunda la toma del poder, la tercera lo que podríamos llamar la etapa dogmática y la última la institucionalización de la revolución.”
A menos de un mes de estas palabras, Perón daría a conocer su Modelo Argentino para un Proyecto Nacional en donde expresaba lo que podría haber sido la concreción del pensamiento esbozado en 1949: La Comunidad Organizada.