Parece mentira pero, a 48 horas de la muerte de Julio Migliozzi, tengo que, literalmente, llorar el fallecimiento de José Castillo, Concejal (m.c.) de Tres de Febrero en varios períodos y un militante irremplazable del Partido Justicialista de Tres de Febrero.
La vida tiene estas cosas extrañas y uno no sabe muy bien por qué ocurren, si es una decisión del Ser Supremo o el destino está marcado para que ocurran de esta manera.
Hoy lloramos los peronistas, sobre todo los de Tres de Febrero, pidiéndole al resto de mis compañeros que eleven una oración por el descanso eterno del alma de José Castillo, “Castillito” para sus amigos más íntimos, un militante que no dejó sacrificio sin hacer en procura de mantener en alto las banderas de nuestro Movimiento. Yo estoy orgulloso de haberlo tenido como amigo y compañero a este hombre, es por eso que siento tanto dolor.
La pregunta que nos hacemos es: “¿por qué la gente buena se muere?” No hagan una sonrisa, háganse la pregunta. Es que uno quisiera que los seres queridos, amados profundamente, cercanos, como me ha ocurrido a mí en lo personal, sigan viviendo con uno en los sentimientos, en el alma, ¿hay alma? A mí me gustaría que la haya.
Lamento muchísimo dar esta noticia de la pérdida de un fraterno, profundo y queridísimo amigo.
“Castillito” ha partido definitivamente de esta Tierra pero quedará entre nosotros su espíritu y su compromiso por la lucha popular y nacional que lo distinguió durante toda su vida.
Que en paz descanse.
LORENZO A. PEPE
Diputado de la Naciòn
Secretario General
Ad-Honorem