El 22 de junio, ayer nomás, nos dejó Horacio Luis González. Había transcurrido los últimos años distintos quiebres de salud que lo dejaron como presa fácil del Covid que lo atacó y del que no pudieron salvarlo. Algunos dijeron que había superado el virus pero que había contraído una infección intrahospitalaria como consecuencia de su larga internación.
Había nacido en Buenos Aires, el 1º de febrero de 1944, tenía 77 años, lúcidos y militantes.
En 1970 se recibió de Licenciado en Sociología en la Universidad de Buenos Aires. Desde el principio se manifestó en él la vocación docente.
Durante su exilio en Brasil, hizo su doctorado en la Universidad de San Pablo y desde que volvió a su país se dedicó a la enseñanza en diferentes universidades prestigiosas como la de La Plata y la de Rosario. Fue profesor en las Cátedras Nacionales de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y allí empezó a foguearse en la reflexión política. Paralelamente se dedicó a la escritura siempre marcada por la reflexión política, estética, de crítica y opinión.
Fue Director de la Biblioteca Nacional desde el 2005 hasta el 2015 ampliando ese lugar de libros hasta convertirlo en un centro cultural.
Desde 2008 hasta diciembre de 2019 integró el espacio Carta Abierta en el que se reunían intelectuales del momento con la idea de hacer aportes a la realidad literaria, filosófica y política del momento.
Sociólogo, gran pensador, ensayista, Horacio González vivió de un modo coherente con sus ideas, fue un docente humilde que escuchaba a sus alumnos y un gozador de la conversación, de la palabra, un polemista permanente, siempre en lucha contra los dogmas establecidos y en busca de la libertad del lenguaje.
Su ausencia va a ser una inmensa falta en el campo intelectual y preferimos despedirlo como lo que fue: ¡Hasta siempre, compañero! Y te seguiremos extrañando.