Hace 50 años desaparecía Felipe Vallese

“Un grito que estremece 
Vallese no aparece”
(canto de lucha)

 

Felipe Vallese nació el 14 de abril de 1940. Hijo de inmigrantes, su infancia transcurrió entre el barrio de Flores y la ciudad de Mercedes (provincia de Corrientes). Fue testigo de los años de gobierno del general Juan Perón y  del golpe que lo derrocó en 1955, con la consiguiente persecución a los peronistas, a través del decreto 4161, el Plan Conintes y los fusilamientos de 1956.
En 1957, ya de regreso en Buenos Aires, Felipe completa su educación secundaria por la noche y trabaja como operador en la fábrica TEA. A los 18 años es elegido delegado de la UOM y comienza su militancia en las filas de la Juventud Peronista.
Su actividad política es intensa durante esos años de resistencia. En 1958 participa de movilizaciones a favor de la enseñanza laica y organiza un paro que le cuesta la cárcel. En 1959 vuelve a ser arrestado por respaldar la huelga del frigorífico Lisandro de la Torre en Mataderos y lo envían detenido junto a Sebastián Borro y Armando Cabo a un buque de la Armada. En abril de 1959 integra la Mesa Ejecutiva de la Juventud Peronista, junto a Gustavo Rearte, Héctor Spina, Tito Bevilacqua y Tuli Ferrari.
En 1962 –bajo el gobierno de Arturo Frondizi, quien ha llegado al poder gracias al voto peronista-, la Resistencia Peronista realiza varios atentados contra objetivos económicos en el interior del país. El gobierno aplica el Plan Conintes y los detenidos suman más de 3500 personas, en su gran mayoría, peronistas.
El triunfo de Andrés Framini-Marcos Anglada, la fórmula peronista de Unión Popular para la gobernación de la provincia de Buenos Aires, y la prohibición de su asunción apuran el golpe de Estado contra Frondizi. El 27 de marzo de 1962, José María Guido, presidente del Senado, asume un gobierno manipulado por las Fuerzas Armadas.
En esta época, Felipe Vallese se reúne con sus compañeros militantes en la sede del Sindicato del Calzado, en la calle Yatay, donde eran constantemente vigilados por la SIDE y la Policía Federal, que ya aplicaba la picana para obtener declaraciones.
El mes de agosto se inicia con una huelga general de 48 horas decretada por la CGT. Felipe tenía 22 años y había secundado a Gustavo Rearte en el copamiento del puesto de la Aeronáutica en Ezeiza. El 23 de ese mes, sale de su casa de Flores a las once de la noche. Los secuestradores lo esperaban en dos automóviles. Cuando los vio venir, se aferró a un árbol que se encuentra frente a Canalejas 1776, desde donde lo arrancaron para meterlo a empujones en uno de los dos vehículos.
A la comisaría primera de San Martín son trasladados otros compañeros de Vallese, donde se los tortura bajo la acusación de poseer propaganda peronista. Dos jueces toman el caso y declaran falsas esas acusaciones. Luego de tres meses de ser torturados y humillados, recobran la libertad, pero entre ellos no se encuentra Felipe Vallese. Quienes han investigado su recorrido, lo encuentran, primero, en un destacamento de José Ingenieros y, luego, en la comisaría de Villa Lynch, donde desaparece después de ser brutalmente torturado. Aunque su cuerpo nunca apareció,  su nombre lleva la impronta de una lucha inclaudicable por los ideales del peronismo.
Su tormento y desaparición sólo serían el preludio de lo que más tarde se instauró como plan sistemático por la dictadura más sangrienta que asoló este país. Felipe Vallese es considerado el primer desaparecido del peronismo y su muerte lo ha convertido en símbolo de lucha para un pueblo que sigue aspirando a lograr totalmente la justicia social, la independencia económica y la soberanía política, que tanto anhelaban para el país Perón y Evita.

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