Al poco tiempo de asumir como presidente de la Nación, el general Juan D. Perón puso en marcha la nacionalización de varias áreas estratégicas. La primera fue exactamente el 3 de septiembre de 1946, cuando se concretó la compra de la empresa de telefonía Unión Telefónica por un monto aproximado a los cien millones de dolares.
Con esta adquisición se multiplicaron los servicios de telefonía a todo el país para que todo ciudadano argentino tenga la oportunidad de poseer un teléfono.
En un principio se creo la Empresa Mixta Telefónica Argentina (EMTA), ya que el Estado poseía el 51% de la nueva empresa y el otro 49% todavía estaría en manos de los privados. A principios de 1948 se firmó el convenio para que EMTA se incorpore al patrimonio del Estado y un año más tarde sería rebautizada como Teléfonos del Estado y transformada en dependencia del Ministerio de Comunicaciones de la Nación.
El 31 de diciembre de 1946 asumieron sus funciones las autoridades de la flamante empresa. El presidente de EMTA sería el doctor Alberto R. Fretes, y los directores, Luis Francisco Gay y Arturo Sainz.
Durante el gobierno de Juan D. Perón, Argentina paso a ser el país líder de América Latina en servicios de telefonía. Tuvo un crecimiento exponencial en la cantidad de centrales telefónicas como en los aparatos que adquirían los argentinos. En todas las ciudades del país se construyeron edificios que reunían las exigencias para prestar el servicio, y se levantaron centrales monumentales en Mar del Plata, Córdoba y La Plata.
Como política del Primer Plan Quinquenal se comenzaron un gran cantidad de obras para garantizar el servicio telefónico a todo el territorio nacional. Es así que en diciembre de 1951 se inauguró el Palacio de Correos y Telecomunicaciones de Mendoza, desde la cual se centralizará toda la red de comunicaciones telefónicas cuyanas.
Como pasó con tantísimas conquistas logradas durante los dos gobiernos del general Perón, llegado el golpe miserable de 1955 se paralizaron todas las inversiones y esto llevó a que comience un deterioro notable en el servicio de telefonía.