El Primer Congreso Nacional de Filosofía, inaugurado hacía diez días, el 30 de marzo, llegaba a su fin. Se habían escuchado las ideas más novedosas del mundo de esos momentos lo que le había dado un nivel nunca antes alcanzado en nuestro país. Se había inaugurado el 30 de marzo de 1949, en la ciudad de Mendoza.El sábado 9 de abril, el Congreso fue clausurado en el teatro Independencia de la misma ciudad por el presidente de la Nación, general Juan Domingo Perón, con una histórica exposición sobre los fundamentos filosófico-sociales de su doctrina política que recién fue publicado en el año 1952 bajo el título “La Comunidad Organizada”, como hoy lo conocemos.El día de cierre, el doctor Alberto Wagner de Reyna, de la Universidad Católica de Perú, hizo uso de la palabra en nombre de los representantes extranjeros y el doctor Ireneo Fernando Cruz lo hizo como dueño de casa y presidente del Comité Ejecutivo.A las 18.00 horas, el Presidente de la Nación pronunció un discurso que constituyó la base del pensamiento conceptual y doctrinario del peronismo, en el que definió la diferencia fundamental entre el “yo” y el “nosotros”, entre el individualismo y el colectivismo, entre ese hombre mudo, insectificado y el hombre que siente su pertenencia a una comunidad, diciendo:
“Esta comunidad que persigue fines espirituales y materiales, que tiende a superarse, que anhela mejorar y ser mas justa, más buena y más feliz, en la que el individuo pueda realizarse y realizarla simultáneamente”.
Aún hoy sentimos en lo más profundo de nuestros corazones la idea que regía este discurso: nadie se realiza en una comunidad que no se realiza.